Для себя.¡Ese hombre! ¡Ese hombre! Yo haré que su tristeza se convierta en alegría. Hilaré día y noche, hasta que mis dedos se hagan hilos y se queden tejidos en su última túnica, hasta que se acaba la lana en las aldeas y tenga que tejer con mis cabellos...
Si no hay dinero, mis manos lo traerán hilando, hilando sin cesar... hasiendo túnicas y más túnicas, sin cansarme nunca, como la fuente no se cansa de brotar el agua clara.
Hilaré, hilaré como las arañas que forman sus estrellas sobre las plantas, como las yedras que tejen vestidos para las torres viejas y ateridas. Hilaré... Hilaré...